¿Tienes problemas para ver de lejos, de cerca y a una distancia media? ¿Te molesta estar todo el tiempo cambiando de gafas? Lo que necesitas son gafas progresivas: aquí te contamos qué son y para qué sirven.
Hay gente que no puede ver de de lejos, hay otros que les cuesta ver de cerca y hay otros que tienen problemas para ver desde todas las distancias: ya sean las letras en un ordenador o el cartel del un bus, todo lo ven borroso. Esto se debe a la combinación de distintos problemas en la vista. Muchos de ellos aparecen con el paso de los años, como la presbicia.
Cuando llegas a este punto, tienes dos opciones: o usar dos gafas distintas, una para ver de cerca y otra para ver de lejos, o usar gafas progresivas.
¿Qué son las gafas progresivas? Son gafas con lentes con distintos tipos de aumentos diseñados para aquellos que no ven bien ni de cerca, ni de lejos ni en zonas intermedias. A la vista, las diferencias de aumento resultan invisibles: se llaman progresivas porque varían en sus niveles de optometría sin saltos bruscos. La parte inferior del lente es para ver de cerca, la parte del medio para distancias intermedias y la parte superior está diseñada para ver de lejos.
Si preguntas cuánto cuestan unas gafas progresivas y te dicen que los cristales valen cada uno algo así como doscientos euros, no te están tomando el pelo. Estas lentes están hechas con una tecnología especial que las encarece bastante. Aunque no son más pesadas que las gafas comunes, es buena idea que si compras unas gafas progresivas, te asegures de que tengan una buena montura. Al tratarse de cristales tan caros y delicados, no está de más una montura de buena calidad para protegerlos.
Uno de los mayores problemas de las gafas progresivas es que cuesta un poco adaptarse a ellas por los lentes con distintas variaciones; y al principio marean un poco. Sin embargo, luego de una adaptación adecuada estas gafas son súper cómodas y muy útiles para corregir varios problemas de la vista a la vez.
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